El momento de las 3 P: Parar, Pensar, Planificar (y Actuar).

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Han pasado dos meses desde que estalló esta maldita crisis de COVID19. Sectores cerrados por completo, otros con un aumento de la demanda temporal y exagerado, muertes, miedos, incertidumbres. Creo que si en Nochevieja nos hubiesen preguntado, en pocas cabezas hubiese cabido este escenario. Hoy vengo con algo que puede que parezca extraño, propongo parar, pensar, planificar (y actuar).

Muchos de los planes que teníamos para este 2020 se han pospuesto, otros se cancelan sine die, incluso hemos perdido rutinas y hábitos que, al menos en mi caso, eran una maravilla. Aquel dedo que quería mover sigue moviéndose, aunque, sin que vuelva a sonar a excusa, haya tenido poco tiempo para escribir por estos lares.

No es necesario realizar una cronología de los hechos. Tanto si sois farmacéuticos, como si sois trabajadores, sanitarios, deportistas, emprendedores, empresarios, padres, madres, da igual: a todos nos ha cambiado la vida esta pandemia. Todo ello por no hablar de la crisis que nos viene/ nos ha venido/ ya está aquí, gente que va/ vamos a tener que rehacer nuestras vidas y volver a darle una vuelta a nuestros planes. Planes que, en muchos casos, no tienen por qué irse al garete, pero sí ser aplazados.

Sin duda, los últimos dos meses se han vivido de una manera muy dispar según los sectores, algunos han tenido demasiado tiempo en casa, tiempo para pensar, reflexionar, tiempo para angustiarse, tiempo de ERTES, despidos y malos tragos. Otros han vivido semanas de mucho trabajo, de estrés, de instinto de supervivencia, de llamadas, de llegadas a casa pasados de revoluciones.

En mi caso particular, ha sido una situación agridulce, por un lado, con mucho más trabajo en la farmacia, aunque desde un primer momento adoptamos la medida de hacer dos equipos para evitar tener que cerrar si se producía un contagio. Además, viviendo esa amarga sensación de pan para hoy y quién sabe si hambre para mañana. Por otra parte, como no podía ser de otra manera, con un descenso de la actividad en lo que a Qualitatis se refiere que veremos cómo remonta.

La productividad por los suelos.

Pese a estar más horas en casa, donde suelo trabajar con más sosiego, las primeras semanas fueron de poca productividad, de apagar fuegos, solventar temas de proveedores, etc. Podría decir que hasta hace 3 semanas me costó salir de ese punto de pasmoso letargo.

Todos los sistemas que empleo para organizarme quedaron paralizados, porque no los usaba o porque era incapaz de ordenar las ideas, y cuando eso sucede te agobias, procrastinas y la sensación de que los días no cunden se convierte en demasiado estresante. Eso sí, sin lanzar las campanas al vuelo, parece que vayamos recuperando la productividad y las rutinas, que tanto ayudan en esto.

Las 3 p: parar, pensar, planificar (y actuar)

El momento de parar, pensar, planificar (y actuar).

Llega la hora de comenzar de nuevo, de reiniciar las máquinas, de pensar en que esto acabará y que, cuando eso suceda, las oportunidades seguirán estando ahí. Tal vez sean diferentes, tal vez cueste un poco más, pero seguirán estando.

Es por eso que, tras semanas de muchas emociones, de parálisis, de posponer decisiones, publicaciones, de postergar el trabajo silencioso, de ese que sólo se ve por quien lo realiza y su equipo, ha llegado la hora de arrancar de nuevo. Pero no como un autómata, el escenario ha cambiado. Es el momento de las 3 Ps: parar, pensar, planificar (y actuar). Aunque a casi nadie le importen mis conclusiones, creo que es útil que todo el mundo realice este sencillo ejercicio.

Parar.

Tras semanas de acelerones y frenazos emocionales llega el momento de parar, reflexionar, recuperar la calma y la serenidad. Las rutinas, la meditación, la reflexión, van a ser todo para volver a encontrarte a ti mismo. Hay que encontrar momentos de paz, de silencio, de liberar la mente.

No se trata de desvincularse de la realidad, sino de encontrar ese punto de calma, de sosegar los sentimientos que nos abruman en esta crisis, de aplacar los miedos y poner todos los dispositivos en off durante un tiempo. Sólo te va a llevar unas horas.

Pensar.

Tras parar, pensar. Quizás pensar en movimiento no sea la mejor estrategia. Volver sobre los objetivos y pensar cómo quedan tras esta tormenta que nos ha venido. Si no los tienes claros, o saltaron por los aires, también es interesante analizar motivos, y replantearse las nuevas realidades.

El sábado pasado estuve replanteando la estrategia en la farmacia. Toca coger las riendas, aprovechar las cosas «buenas» que nos ha dejado esto y también utilizar las «malas» para que las decisiones sean mejores. Me falta hacer lo propio con Qualitatis, aunque aquí el plan estaba un poco más claro, y los pasos por dar también.

Planificar.

Pensar, analizar, desde la calma y el sosiego, te va a llevar, irremediablemente, a tomar decisiones, a querer dar pasos. Antes de ello deberías planificar, no te lances a la piscina. Ya conoces, o intuyes, el nuevo escenario. Si no deberías seguir pensando, analizando, estudiando, haciendo una prospección de cómo vienen las cosas.

Planifica poco a poco, traza pasos, pequeños, cortos. Alcanza metas cumpliendo etapas cortitas, el «partido a partido» es una de las mejores maneras de avanzar. Nadie se comería un elefante de un bocado, ni siquiera una pata. Las grandes tareas requieren de planes y de pequeños avances.

Actuar.

Justo de eso te estaba hablando en el párrafo anterior. Tras planificar, tras haber pensado y tras haber parado, toca moverse. De nada servirán las tres P si no mueves ese dedo. Pero eso, querido lector, vendrá solo. La inercia de planificar, si sientes ilusión por lo que haces, vendrá sola.

La necesidad de planificar y actuar será mayor si las cosas vienen mal dadas a consecuencia de esta pandemia. Así que cuanto antes te pares a pensar, mejor.

¿Por qué cuentas esto?

Que os haya contado que estuve pensando sólo me sirvió para planificar los primeros pasos y para ser consciente de que debo repetir más estas tres Ps (parar, pensar, planificar) más a menudo. Ni mucho menos me conformo con pensar un día y tener suficiente, el análisis ha de ser mayor y mejor.

Pero pararse a pensar y planificar este es de esos ejercicios que retroalimenta esa magnífica máquina que es el cerebro. La dinámica buena no te trae más que buenas cosas, y no es un mensaje «cuquipositivo». Aunque la situación se complique, si no te paras a pensar y planificas corres el riesgo de dar pasos en falso y fracasar.

Así que ya sabes: parar, pensar, planificar (y actuar). Puede que sea un buen momento.

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Mi nombre es José Sendra Lillo, muchos me conocéis como Josete, y quiero agradecer tu presencia en este blog.

Conoce más sobre mí en este enlace.

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